lunes, 19 de noviembre de 2007

Muerte de un viajante... con acento argentino


La semana pasada estuvimos en uno de los teatros de la calle Corrientes para ver “Muerte de un viajante”. La idea fue de Toti una especie de ángel de la guarda que tenemos en Buenos Aires, desde el día que llegamos. Si nos deja, un día os hablaremos más de ella. Ella es quién nos guía por la vida porteña, por los sitios más auténticos para comer, los mejores viajes para hacer...


La calle Corrientes es algo así como el Broadway bonarense. Qué manía de llamar a las calles, a los cafés, a los barrios con nombres provenientes de los Estados Unidos (Palermo Soho, Palermo Hollywood, Café Manhatan...). De hecho se habla del teatro en Corrientes, como el dirigido al gran público, frente al teatro alternativo, que algunos llaman aquí, de manera muy significativa, “off corrientes”.


Sería demasiado pretencioso intentar hacer una crítica de esta obra de teatro. Por otro lado, no creo que quiénes de vosotros leáis esto tengáis previsto ir a verla... Pero en resumen, los actores son muy buenos, puesta en escena simple pero efectiva, un buen juego de luces, la cercanía de los actores que te hacen sentir prácticamente con ellos, en medio de la obra. Desde hace mucho tiempo quería haber visto “Muerte de un viajante”, una de las obras maestras del teatro en las que se cuestiona el estilo de vida estadounidense, la ilusión por ascender socialmente, la búsqueda del dinero fácil, las promesas incompletas, el sentirnos importantes en proyectos en los que no lo somos, lo artificial del mundo laboral actual y la añoranza por las formas de trabajo más cercanas a la tierra (la agricultura y la ganadería).


Sin duda, lo que más me chocó es seguir la historia de Willy Loman con acento argentino. Una historia escrita en inglés que tiene lugar en Brooklyn, escrita en 1949 y en la que se cuestionaba el sueño americano. En un primer momento me pareció algo artificial, irreal, casi ilógico. Un poco más tarde pensé que ese acento argentino era lo que hacía la obra increíble, igual que lo podría haber hecho escucharlo en francés, chino, portugués o guaraní (si lo hubiésemos podido entender). Son historias que se convierten universales, como el Quijote. Tienen un tiempo y lugar, pero a la vez son atemporales y universales. Los sueños que no se han hecho realidad, las apariencias sociales, el sentido de la carrera profesional, las esperanzas de los padres puestas sobre los hijos...


¿Por qué se habrá traducido “Death of Salesman” como “Muerte de un viajante”? ¿Puede que el título en castellano sea incluso mejor que el título original?


Solo un detalle. A punto de jubilarse forzosamente los Loman celebran que han conseguido la libertad. Para ellos la libertad es haber pagado la última letra de la hipoteca de una casa en la que, por otra parte, ya no queda nadie para vivir.


¡Gracias Toti!

2 comentarios:

ANA ISABEL dijo...

Hola pareja. Estoy disfrutando muchísimo con este blog. Me encanta leer todo lo que escribis y alucino con la forma que tienes de contar las cosas. Es como estar allí mismo.
Leo todo lo que escribis, aunque los artículos de Natalía me cuestan un poco, pero la idea la saco.
Disfrutad de país, de la gente... y aprovechad todo lo que podais el tiempo allí.
Muchos besos.

Unknown dijo...

Amigos
Acabo de leer el blog. Hace un par de días que no entraba. Me emocionó mucho sus comentarios hacia a mí...GRACIAS, pero sepan que son unos exagerados.
Sigan escribiendo que me encanta leerlos.
Nos estamos viendo. Queda pendiente la comida en Puerto Madero.
su amiga
toti