jueves, 15 de noviembre de 2007

Tradición gaucha

Hace unos días volvimos de la Pampa, de San Antonio de Areco, donde estuvimos en el día de la Tradición. La Tradición, que se celebra desde los años 30 tiene como centro el gaucho, la figura de la Pampa argentina.

El gaucho representa al hombre de campo argentino dedicado a la ganadería, aunque sus antecedentes vienen de la población semi-nómada de Argentina y otros países de la zona. Es algo así como el símbolo del hombre duro de América del Sur. Con el tiempo se ha convertido en todo un referente del orgullo argentino. Precisamente San Antonio de Areco ha tenido mucho que ver en la revalorización de la figura del gaucho. Allí vivió Ricardo Güiraldes y escribió Don Segundo Sombra, publicado en 1929, donde se ensalza la figura del gaucho. También en la misma época se publica otra de las grandes obras de la literatura argentina, Martín Fierro de José Hernández. No he leído ninguno de los dos, pero por lo que dicen algunas webs, los dos hablan de la figura del gaucho de manera totalmente diferente. Güiraldes lo idealiza e Hierro lo reclama como símbolo argentino y controposisión al europeísmo de la época.

Y en parte es así el gaucho se presenta como la antítesis del porteño (el habitante de Buenos Aires capital). El porteño, el urbanita, frente al gaucho, el hombre de campo.

En esta fiesta se reúnen gauchos de todo el país, así que es una buena oportunidad de ver de cerca el guaucho, aunque sea en una fiesta y no en su día a día. Podéis ver algunas fotos en el álbum que ha preparado Natalia. Álbum de fotos

Durante dos días realizan concursos de destreza a caballo, desfilan por la ciudad y organizan el concurso de tropillas. Creo que la tropilla es algo típico de argentina. Una tropilla es una manada de caballos guiados por una yegua madrina (cómo son las cosas, siempre se repite, lo machos detrás de las hembras...). El jinete dirige a la yegua a las que siguen todos los caballos. En el concurso de tropillas, varias de ellas (fueron más de 30 las que vimos) cabalgan conjuntamente por el campo formando un entrevero. El secreto es mantener la manada unida en este gran alboroto de caballos y mostrar cuál de ellas es la más pertecta. Ésa es la que gana. Fue una experiencia única: 400 caballos cabalgando conjuntamente y los cencerros de más de treinta yeguas. Podéis ver algunas imágenes en el siguiente video.

Probablemente lo más divertido fue el fogón criollo. Kilos y kilos de carne (probablemente entre la mejor carne que jamás haya probado), escuchando folklore argentino y poemas en honor al gaucho y viendo como las llamas del fuego se apagaban según avanzaba la noche. Y es así como sigue la tradición, año tras año celebrando el orgullo de ser gaucho. Recordé la Fiesta del Olivo y lo importante que es mantener las raíces. Y a la vez, que a tantos kilométros de distancia, las raíces estén ahí, como una constante, como un bien preciado que no importa del lugar que seamos nos negamos a perder. Tan lejos y tan cerca.

1 comentario:

Rocío dijo...

cuando llega el fin de semana me pego una vuelta por vuestro blog. me encanta leerlo porque es como si estuviéramos nosotros allí, con nuestros ojillos europeos, asombrándonos por todo!

me he visto también vuestro album de fotos...no sólo escribís fenomenal....además las fotos son BRUTALES!!

gracias por compartir todo esto con nosotros..estoy aprendiendo un montón!!!

(qué envidia lo del fogón criollo y natalia.....con el respeto por supuesto de raúl: madre míaaaaa con los pamperos!!!)

mil besos y cuidaos mucho ok!?