jueves, 15 de noviembre de 2007

Olor a coliflor

¿Cómo denunciar un tipo de contaminación que no se ve, de la que no se tienen imágenes ni fotos? Ésa es una de las dificultades que los ciudadanos de Gualeguaychú tienen para manifestarse ante la puesta en funcionamiento de la papelera Botnia. Junto con el “¿por qué no te callas?”, ha sido el gran tema de política latinoamericana en los diarios argentinos.

Para aquellos que no conocen el tema, intento resumir con lo que sé: Botnia una empresa finlandesa ha construido una fábrica de celulosa de papel (pastera) en Fray Bentos, ciudad uruguaya en el límite con Argentina. Obviamente los argentinos desde el inicio se han negado a su apertura y se ha convertido en un conflicto entre los dos países en donde el gobierno y hasta el rey español se han ofrecido a intermediar. El resultado de la intermediación es no resultado y por sorpresa, pocos días después de la elecciones argentinas y coincidiendo con la cumbre iberoamericana en Santiago, el presidente uruguayo dió de improviso la orden de puesta en funcionamiento de la fábrica. Por miedo a manifestaciones Uruguay cerró sus fronteras por unas horas. Por sí queréis en imágenes aquí tenéis un link a un vídeo en clave Caiga Quien Caiga versión original argentina.



Los resultados contaminantes se desconocen en estos momentos y solo una vez que la fábrica esté en funcionamiento se conocerán. Lo único que ha se sentido hasta ahora ha sido un cierto olor a “huevo podrido” (para algunos) o a “coliflor” para otros. En una sociedad en la que solo aquéllas protestas que tienen una repercusión en los medios se convierten en importantes, es díficil reivindicar un contaminación que todavía no se puede ver y de las que se desconocen los efectos. No hay imágenes e incluso las fotos de la fábrica la hacen impoluta, perfecta, escandinava...

Pero la creatividad argentina funcionando a su máximo ha llegado a esta genial idea: cocer kilos y kilos de coliflor delante de la embajada uruguaya. Los diarios argentinos informaron sobre ello (links).

No sé los resultados que logrará la protesta, si cerrarán la pastera o no (en Argentina hay otras muchas y nadie protesta por ellas), pero lo que sí creo que han conseguido es que, al menos nosotros, cada vez que sintamos el olor a coliflor pensaré en Botnia, en los asambleístas de Gualeguaychú y en la creatividad argentina. Menos mal que no decidieron manifestarse con huevos podridos.

No hay comentarios: